

He de decir, como inicio de esta reseña, que a NECROPHOBIC no les conocía antes de este magnífico In the Twilight Grey y que llamaron mi atención, como empieza a ser costumbre en estos estilos más extremos en los que no estoy, ni mucho menos, versado, gracias al apartado de novedades de Jiménez en el programa. Así que, ¡qué menos que devolver el favor reseñando el disco para la web!
Necrophobic es un grupo que, no sé muy bien por qué, se me había quedado fuera del radar, y eso, en mi caso, es imperdonable por varios motivos. Por una parte, por la cantidad de tiempo que lleva esta gente, que se juntaron en 1989 y cuyo primer disco es de 1993. Por otra, porque son coetáneos y compatriotas de los desaparecidos DISSECTION, con los que además compartían afinidad estilística, en lo que luego se ha denominado blackened death metal. De hecho, Jon Nödtveidt incluso colaboró en algún tema de los primeros tiempos de la banda.
Lo cierto es que este In the Twilight Grey me produce el mismo tipo de sensaciones que, en su momento, me provocaron Storm of the Light’s Bane y The Somberlain, el primero de los cuales es uno de mis favoritos dentro de los estilos más extremos desde hace décadas. Sin duda, tiene mucho que ver con la magistral combinación de brutalidad y melodía, pero, sobre todo, con ese aura de malignidad subyacente que impregna la música de ambos grupos. Es la fusión de todos estos elementos lo que atrapa de esta última obra de NECROPHOBIC, al crear un conjunto de desasosegante belleza sobre atmósferas frías y negras.
Además, comienzan poniendo el listón bien alto, desde la sombría intro de Grace of the Past, pasando por el aire de invocación de Clavis Inferni (no falla lo de los estribillos en latín), hasta llegar al primer punto álgido con la tremenda As Stars Collide y mantenerlo con la más directa Stormcrow y la composición más inquietante del disco, Shadows of the Brightest Night. Bajan un poco el pistón con Mirrors of a Thousand Lakes y Cast in Stone, que resultan algo anodinas en comparación con lo anterior, pero recuperan el tono con la estupenda Nordavind (igualita que la de los hermanos Agüeros) y, sobre todo, la majestuosa canción que da título al álbum, con un apoteósico final épico que pone los pelos de punta. En esta, como en Shadows of the Brightest Night, que superan los siete minutos, muestran desarrollos más largos, con inmejorables resultados. Por último, cierran el trabajo con un epílogo instrumental, de tono similar al de las intros de algunos temas, en el que predomina la creación de ambientes malsanos sobre la estructura compositiva.
Para mí, In the Twilight Grey ha sido uno de los mejores discos de 2024 y el descubrimiento —con décadas de retraso— de una banda ya clásica en la que tengo el firme propósito de profundizar. A mí me llegaron como recomendación y, de igual manera, lo transmito: indispensable para quienes no temen bucear en las profundidades del alma humana.
Oscar García del Pomar