

La jornada del sábado era la que, a priori, presentaba a los favoritos de la parte de concurso, por los comentarios y sugerencias recibidas y escuchadas en las redes. Así que se nos presentaba otra noche de esa magia que solo la música en directo al aire libre sabe provocar.
El NewCity empezó de buena mañana con sesión Vermut de Wateke y Duro y continuo con la grabación del especial XXIX Aniversario de Noche de Rock, que nos llevó en volandas hasta la hora del primer concierto en el escenario grande:
COPERNICUS DREAMS
Los encargados de abrir la lata eran Copernicus Dreams. Quizás su horario no fuera el más adecuado, y a esa hora la cancha de futbito de la Nueva Ciudad aún presentaba un aspecto desangelado, pero, con todo y con ello, salieron con todas las ganas del mundo a demostrarnos que, técnicamente, son probablemente la mejor banda de las seis. De hecho, cuando empezaron, estaba a mi lado Álvaro, cantante de Duro, y le hice este comentario, a lo que me respondió que probablemente de las seis de este año… ¡y de las seis del pasado!

Con veinte minutos de retraso comenzaron con “Cruce de Caminos”. La banda se presentaba con dos guitarras (Chus y Joseba Vinatea), al bajo Carlos Markina, a la batería José Ochoa, el teclado de Pablo Gil y una sección de metales formada por Gari, Urtzi y Mikel a los vientos. Esta canción sonó muy bien, con una gran presencia escénica de la banda y una excelente demostración de Americana Music en este tema que nos habla de pactos con el Diablo, en la onda de Robert Johnson.
“Tocando Fondo” es un rock and roll en el que aprovecharon para dar las gracias a Torrelavega. Aquello sonaba muy, muy bien. De este tema hay un videoclip en sus redes y plataformas. “Ruleta Vudú” es un tema más soul, más espiritual. Muy en el legado de Nueva Orleans. Chus canta muy bien y toca muy bien la guitarra.

Chus se calzó la acústica para introducir un folk americano con una letra de mucho contenido, que bebe de las fuentes del Nebraska de Springsteen. Se titulaba “Tracy”.
Siguieron con “Silencio”, una canción que Chus escribió en pandemia y que sigue siendo una exhibición de Americana Music. ¡Joder, son buenísimos!

Anunció que se acercaba el final y volvió a agradecer al festival con “Flotando en el Espacio”, un medio tiempo muy bien ejecutado, para terminar con un rock llamado “Desde Cero Otra Vez”, donde aprovechó para nombrar a los músicos.
Una banda para ver, oír y disfrutar. Con muy buena presencia de los metales, que le dan un rollazo descomunal.
Gracias, Copernicus Dreams.
LINZE

Tocaba el turno de Linze, una banda de rock and roll de Madrid, formada por Víctor a la voz y guitarra, José Pastor a la batería, Pablo a la guitarra, Carlos al bajo y Diego al teclado. Y al ser cántabro uno de sus guitarristas (Pablo), cumplían sobradamente las bases.
Había muchas ganas de ver a Linze en Nueva Ciudad.
Antes de nada, decir que habían estado viendo el concierto de Copernicus Dreams en primera fila y de una manera muy respetuosa, acto que posteriormente repitieron con False Pretense. Algo que no todas las bandas hacen. También comentar que venían de tocar la noche anterior en Jaén, en el Cazorla Blues Festival, que no es cualquier cosa. Y decían que venían dispuestos a tocar el mismo set list que habían defendido allí.
Y empezaron con “Ganas de Pelea”, un rock and roll con un riff buenísimo. Agradecieron al festival la oportunidad de tocar aquí con otro rock and roll llamado “No Quiero Ser Perro”.

“Derecho Constitucional” es un tema que acaban de publicar en abril. Lo tocan con mucha actitud y mucha pose, y termina con cierto aire de hard rock progresivo andaluz. “Siempre lo Mismo” es un tema con influencias sabinianas, y de “Nena No Puedo Parar” dijeron que era una canción muy divertida, y cierto es que tenía un toque a Tequila delicioso.
Para “El As” pidieron la colaboración del público para el estribillo, que, sorprendentemente, respondió bastante bien. “El Lobo de Wall Street” es un rocanrolito con mucha garra. “Vamos a Celebrarlo” es otro rock and roll, y fue con el que terminaron. Son los putos Zigarros de hace 10 años. Tremendo bolazo de los Linze, que nos dejaron sin palabras.

Desde aquí convoco a algún promotor avispado que aprecie el rock and roll a contratarlos para poder disfrutar de un concierto suyo en toda su extensión. ¿Te imaginas un festi con Corazones Eléctricos, Linze, Moonshine Wagon, Baja California, La Paloma y Electric Alley? Uffff… ¡No quiero ni pensarlo!
Gracias, Linze.
FALSE PRETENSE

Los favoritos del público. Se notó, para bien, que jugaban en casa. Una banda tremendamente joven que son como Atila: están arrasando por donde pasan. Lucía, la cantante, es de Nueva Ciudad, estudió en ese mismo colegio y traían una legión de groupies… Bueno, para ser consecuente con su generación, digamos que traían una legión de followers. Jajá.
Empezaron con una intro instrumental y fueron subiendo de uno en uno. Desde el minuto cero, Lucía hizo exhibición de su portentosa voz. Arrancaron con “Carlota”, uno de sus hits, dándolo todo desde el principio. Es un hard rock alternativo cantado en inglés con la rabia de los Dover de El Diablo Vino a Mi. Con “For a Start” siguieron repartiendo hard rock con un aire a Evanescence.

Dani, el bajista (hijo de Manolo Cruz Molina, un histórico de la escena), se encargó de presentar “Mundo Exterior”, una balada en castellano cantada íntegramente por él, con Lucía ayudando a los coros.
“The Revenant” es un grunge donde vuelve a exhibirse Lucía, y para terminarla los dos guitarras bajaron a la cancha, donde sus amigos les hicieron un pequeño pogo argentino.
Con “Head Up” volvieron al hard rock, con Dani en los coros. ¡Joder, cómo canta el chaval! Pidieron palmas para terminar como un cañonazo con los riffs del guitarra. “Far Away” empieza como un medio tempo con unos fraseos muy dulces de Lucía para ir subiendo y acabar con un duelo de guitarras.

Anunciaron el final con “Noise”, donde presentó a la banda (Lucía, cantante; Dani, bajo; Lanza y Casta, guitarras; y Adrián, batería), e hicieron un corro los cuatro del frontline.
Tocaron aún una más: “Stop Messing”, su primer single y su tema más conocido junto con el primero. Es otro tema cantado en inglés, con influencias de Dover, en el que Lucía aprovecha todos sus registros vocales. Y se despidieron del festival del que, a la postre, resultarían ganadores. Tremenda exhibición de hard rock alternativo la que nos dieron estos veinteañeros. El futuro es de ellos. Yo creo que ni ellos son conscientes aún de su techo.
Gracias, False Pretense.
MALAPUTA
Era el turno de Malaputa, la base de Marea. Los Marea sin Kutxi. Era algo evidente viendo los comentarios del público presente en la cancha y las camisetas de Marea con la famosa calavera cruzada por dos navajas bandoleras. Malaputa surge hace unos catorce años en Navarra en formato power trío, liderado por El Piñas, bajista de Marea, acompañado del gran Kolibrí a la guitarra —también de Marea— y como tercer componente Euken a la batería. Surge como una necesidad de estos músicos por seguir experimentando el directo ante las largas temporadas en barbecho que se toma Kutxi, y para explorar otros sonidos que quizás no tendrían cabida en Marea.

La verdad es que en el backstage fueron majísimos con todo el mundo, e incluso, al acabar su bolo, bajaron entre el público a tomar algo a pie de barra. Ni siquiera quisieron que la organización les invitara.
Empezaron con “De Raíz”, “Golpes de Viento” y “Gasolina”. Piñas tenía adornado el pie de micro con un cuervo.

Siguieron dando caña y exhibiendo actitud underground con temas como “Dedos Muertos”, “Esclavo”, “Mejilla” o “Sube el Telón”, que dio título a su primer disco, en la más pura tradición cañera del rock del norte, de grupos como Barricada, Platero o La Fuga. Incluso subió Aarón Romero a cantar una con ellos. Continuaron repartiendo leña en todos los temas, aprovechando Kolibrí para exhibir su técnica y virtuosismo. Llegó el tiempo de dedicar un sentido homenaje a Boni, de Barricada, y tocaron con mucho respeto “A Toda Velocidad”, que fue muy bien recibida por el respetable.

Tras “Raras Noches” siguió un solo de batería de Euken, para después ir terminando con “Café y Rulas”, “Mi Altar” y “Su Nombre es Ruido”, con la que cerraron. Mientras sonaba “Let There Be Rock” de AC/DC, aprovecharon para despedirse y hacerse la foto de escenario tan de moda últimamente.
Gracias, Malaputa.
LINAJE
Llegaba el turno de Linaje, la banda sorpresa de la temporada. La joven formación liderada por Aarón Romero, el hijo de Kutxi, de tan solo 19 años. Es una banda que no deja indiferente a nadie. Si tu intención es ponerle prejuicios, bueno, estás en tu derecho. Solo tienes que darte una vuelta por las redes para ver como alguna gente tiene necesidad de echar abajo el trabajo de una banda que le está poniendo toda la ilusión y las ganas (“Está ahí por su padre, es un bocachancla, ¿con quién ha empatado?, va haciendo ‘amigos’ por todas partes, fuma demasiado, es un clon del padre…”) Ya digo: tú mismo.
Si tu intención es ir a escuchar sin prejuicios, pues disfrutarás de un concierto de rock dentro de la tradición del norte. Vaya que sí.

Esta joven banda comenzó con una intro antes de subir al escenario. Aarón dio las buenas noches y comenzaron con “Ay Morena Mía”. Anunció que habían soltado a la jauría para “Desataron los Perros”.
Dijo que eran de Berriozar y que hacían rock, antes de tocar “Una Ausencia Desmedida”, una canción nueva que aún no han publicado y que aparecerá en su próximo disco.

“Querida Libertad” está en su primer disco con una colaboración de Albertucho. Siguieron dándolo todo con “La Sinrazón”. “A Remojo” es un tema que me gustó especialmente y que cantó todo el público. Empieza como un medio tiempo, va subiendo la intensidad y cuenta con una letra muy bien elaborada. Al final del tema, el respetable coreó su nombre.
Hicieron un homenaje a Los Suaves con “Malas Noticias”. Aarón presentaba todos y cada uno de los temas. Se quedó solo en el escenario con una acústica y comentó que iba a tocar las que, para él, eran las dos mejores canciones del rock en español. Y comenzó a dejarnos el corazón alicatado con “La Luna Me Sabe a Poco”, que se la dedicó a su padre. La enlazó con “No Hay Tregua”, de Barricada, que —como no podía ser de otra manera— fue cantada por todo el público. Al terminar comentó que nos la sabíamos todos porque éramos unos viejos. Jaja.

Siguió en solitario con la acústica con “Aún Me Duele”, que se la dedicó a su abuela. La banda volvió al stage a mitad de la canción.
Con “A la Luna le Sobran Canciones” se sentó a tocar un cajón y tuvo un duelo muy entretenido con su batería, que acabó con un buen trallazo de caña. Continuaron con un tema nuevo que también irá en su próximo disco y que no pude identificar, para anunciarnos que se acercaba el final con “Chatarra y Laurel”, en donde aprovechó para lucirse nuevamente el batería.
Para cerrar tamaño bolo, una sorpresa final. En “Nunca Quise Tu Esqueleto” invitó a El Piñas a tocar con ellos en lo que fue una despedida y fin de fiesta genial.

Estupendo bolo de estos chavales navarros, que por juventud, ganas y actitud, seguro que seguirán dando que hablar durante mucho tiempo.
Gracias, Linaje.

Y con el concierto de Linaje se dio por cerrado este festival New City Rock. Que, para el que os escribe, no es solo un festival más. Es algo mucho más emocional. Es mi barrio.
Es donde me salieron los dientes jugando a las chapas cuando aquello era un solar.
Es donde empecé a escuchar a Kiss y Barón Rojo en un viejo radiocassette de una pletina.
Es donde aprendí a ser portero y gané mi primer torneo de fútbol sala cuando aún lo llamábamos futbito.
Es donde hice la EGB.
Es donde aprendí a bailar pasodoble en las verbenas de San Pablo, cuando el beber en la calle aún no se llamaba botellón.
Es donde un niño alegre y feliz de la Nueva Ciudad se hizo hombre en esto del Rock.
Gracias, New City Rock, por hacer a aquel niño un poco más feliz.
No hay barrio como mi barrio.
Manuel Quintana Ortiz
Manolo RockCity
Fotos: Sonia Toledano
Vídeos de Duro y Wateke: Noelia Martínez
Nueva Ciudad (Torrelavega), 5 de julio de 2025