

Contra las explosiones de luz, color y alegría forzada del verano… los tugurios oscuros, la programación continuada, el invierno. Fuera llueve y las calles de Santander están semivacías, como corresponde a Septiembre. Producciones Tudancas nos convocan, en la puerta del New luce ya un gran cartel de resistencia antifascista. Estamos en el sitio y la hora adecuadas.
El Canto del Cisne nos ofreció en 2024 una visión más densa y deprimente de la bis electrónica de Alex (Ídolos del Extrarradio, Mairrollosnouta, The Driver), pese al paso de los meses aun no habíamos tenido oportunidad de verlo en directo.
Despojado de todo, y sólo rodeado de sus aparatos defiende con los dientes un puñado de canciones tristes, unos instantes de comunicación desde sus entrañas hasta las nuestras, antes de que a unos y a otros también se nos lleve la muerte. En un mundo con tanta tontería, y pompas de jabón, tan bonitas y tan huecas por dentro, se agradece que aun haya quien te cante las verdades a la cara, sin ser rehén de los aplausos ajenos.
Como bola extra a sus composiciones una interpretación del tradicional Todos los Bellos Caballitos y el Hansel y Gretel de Golpes Bajos. En un cartel en apariencia variado, por esa vena nuevaolera y post punk parece que ambos nombres se encuentran, porque Zero Azucar nos regalarían poco después No Mires a los Ojos de la Gente.

Zero Azúcar han editado su primer disco este año en colaboración con Producciones Tudancas y de ahí su visita a Santander. Son una banda madrileña con un sonido muy bailable y ochentero. Teclados hirientes, guitarras un poco punk, voces melódicas, con bonitos coros y bajos sólidos. Por fuera parecen de algodón, pero por dentro tienen pinchos, con ese malestar en las letras tan identitario de esa década. Las tienen algo más animadas, pero mis favoritas, claro, son las más tristes; No Todo Va a Salir Bien, Ya Nada me Gusta… Tienen un punto de salir de la ansiedad bailando, porque total, qué más da, si todos vamos a morir pronto. No se si me sigues.
Nos metieron en el bolo con sinceridad auténtica. Una banda de verdad defendiendo lo suyo en escenarios pequeños, y vuelvo a lo de arriba. Entre tanta mierda impostada, no se si todo el mundo es consciente del valor de estas noches.

