

Os voy a contar mi experiencia por, de primera vez en un concierto de sala. No ha sido fácil porque sufro de agarofobia provocada por maltrato laboral continuado durante cinco años consecutivos, pero, una vez más me puse la máscara de: estoy bien, para enfrentarme y poder ir a disfrutarlo con mi marido, mi mejor compañero de viaje.
Estaba cocinando fideuà escuchando Indar. Ángel me comenta que tocan en Madrid, y me quedé boquiabierta. Él continúa diciendo que ese día libra, y aunque curra al día siguiente podemos dormir poco y no perder la oportunidad… mi subconsciente dejó de escucharle, yo sólo pensaba en Indar; Dejar a los niños y animalhijos con mi hermano e ir a verlas. Total que los 2 nos miramos sin decir nada y…. nos vinimos arriba ¡toma! Cuando nos dimos cuenta ya teníamos entradas y viaje. La espera se hizo larga pero ¡ya llegó EL DÍA!
El viaje en tren se me hizo como 20 minutos… Tenía en el vagón de enfrente a Irían un niño de 7 años que me contó y enseñó todas las fotos de su móvil, su madre, muy maja estaba cortada y yo le decía que al revés, que hay que dejarles ser como uno mismo (además a mi me vino bien porque mis demonios no salían). Llegamos a Chamartín, Madrid, Ángel pensaba que el concierto empezaba a las 22:00 horas y acababa a las 2:00 horas, por ese motivo no cogimos hotel, luego resultó que, entre semana, empiezan a las 20:00 horas hasta las 0:00 horas, con lo que nos quedaron unas horas de espera antes de volver.
Dimos un buen paseo por Madrid y, la entrada a la sala Sol está en un pasillo antiguo, ochentero total
que ya hace que te sientas como en casa, entramos bajando unas escaleras, todo iluminado muy rojo, pero, muy acogedor, primer paso conseguido no había aglomeración de gente y pude coger sitio en una esquina, en un salto podía estar en el escenario, esto me recordó a mi 40 aniversario en el que Ángel contrató música en directo y fue el mejor regalo que he tenido.


Al tema, empezó Bones of Minerva, de ellas conozco por Ángel (yo escucho todo lo que es música con letra, también algo de música clásica “me asombra que me guste, pero así es” vamos, canciones, no reguetón ó chumba-chumba… no suelo quedarme con los nombres, así que Ángel suele descubrirme o decírme quién es quién), y allí estaban con esa magia que hacen que te envuelvas y te quedas tan en blanco que te olvidas de todo porque están ahí, haciendo que disfrutemos con esa garra y fuerza, pero con un cariño que te hacen sentir especial.

Y… ¡sorpresa! Las segundas: ¡Indar! Diossss tan cerca ahí, yo diciéndole a Ángel ahora se irán y no podré hablarles (cuando vendían camisetas, no fuimos porque tampoco queríamos perdernos Bones of Minerva) y, entonces empezaron, Indar: Sara lo dio todo, la banda también, yo callada, bailando, con los pelos de punta, y preguntándome ¿Cómo pueden hacer de algo tan bestial algo tan bonito? Quiero esa voz. Disfruté muchísimo, y no tuve crisis sin estar en casa.
Algo que no tiene nada que ver con los grupos pero, lo voy a contar, es que yo me movía de manera discreta para ponerme en primera fila y hacer algunas fotos y vídeos, y… choqué con el fotógrafo y pienso “ya me he ganado una bronca” pues no, resulta que los fotógrafos profesionales ¡me hacían sitio! para que yo humildemente con mi móvil pudiera tener recuerdos, y, seguí alucinada porque mientras me acercaba así, nadie me empujó, o me dijo quítate que estoy yo… nada, todos conviviendo, me sentí como en casa en La Sala Sol.









A continuación salieron Murina, el público lo disfrutó muchísimo yo era la primera vez que lo oía, lo hicieron muy entregadas, y, aunque no son de mi estilo, mereció la pena estar ahí con ellos.

Ya por último: Veracruz, no sabía nada de éste grupo, pero la voz de la cantante hace que sientas melancolía por tus propias experiencias y fue un descubrimiento para bien, es otro grupo que añadiría a la playlist. Y ya llegó el final, pude acercarme a Minerva hablar, fotos y con Indar, pudimos juntar a todos y por fin charlar con todos y como no, más de una foto, la humildad y cercanía de todos los grupos, hace que aún más tengas ganas de repetir, compramos unas camisetas y cuando nos dimos cuenta ya habían pasado 4 horas y era como si hubiera sido sólo media…. Repetiría sin dudarlo, el viaje de vuelta fue duro por el frío en la estación pero, mereció la pena.


Espero que hayáis disfrutado al leerlo tanto como yo al revivirlo, un abrazo.
Texto: y fotos Gema