Noche de Halloween y de mucho metalcore. Últimamente estoy que me salgo con este estilo. Este año he visto a Falling In Reverse, dos veces a Any Given Day y anoche tocaba Bury Tomorrow. Lo veo un poco como mi época punki en los 90, me empecé a juntar con ciertos amigos y acabé casi abonado a las primeras ediciones del Viñarock. Las amistades muchas veces marcan la música que uno escucha y yo nunca fui de cerrarme a un solo estilo, y el metalcore este modernete es un capítulo más que personalmente estoy disfrutando un montón.
Nos vamos cuatro amigos a Hyde Park en Osnabrück, una de las salas con más historia de Alemania, que abrió sus puertas ¡1 año antes de que yo naciera! en 1976. Aunque la ubicación actual data de 1983, pero vamos, junto con Bastard Club (¡que me lo cerraron este año!) es de las salas con más solera en Baja Sajonia.
Llegamos a muy pocos minutos de empezar la primera banda. El tiempo justo para encontrar un aparcamiento en un sembrao, pedir unas cervezas en la barra y para alante que esto está a puntito de empezar. A las 19:30 como un reloj arrancan
ELWOOD STRAY
Mira que he visto directos en mi vida. Pues no recuerdo ninguno en el que el telonero monte un moshpit en el segundo tema. Y ojo que en general el público alemán es más bien tirando a paredete si lo comparamos con lo que estamos acostumbrados en España. Eso sí, ambas bandas habían traído a una juventud que vaya; muchos de los que estaban por allí delante podrían ser mis hijos.
Pero ojo, es que Elwood Stray arrancaron como una apisonadora. Tremendo el sonido de estos cuatro chavales alemanes, de Essen más concretamente, no muy lejos de aquí. Musicalmente mira que el metalcore suele ser un estilo muy sencillo donde creo que es muy difícil sacar un sonido propio. Pero vaya, escuchas cuatro temas suyos y te das cuenta que tienen algo.

Me gustó mucho el que es un grupo que baja a unos niveles de oscuridad en algunos temas sorprendente. Como cualquier intento que haga de explicar a lo que me refiero se va a quedar cortísimo, aquí va uno de sus últimos temas, de este mes vamos. Escasos dos minutos de tema. Ojito a media canción lo denso que se vuelve. Tremendos:
¿Eso es enegía a que sí? Pues encima del escenario es que te comen. La banda son Fabian Petz a la guitarra y voces limpias. El animal de Maik Nehrkorn ya habéis escuchado la voz que tiene. Guitarra y bajo para Niels Flor y Raphael Sinz y en la batería Raphael Kemmer.

Bandaza de la que me quedo con ganas de ver un directo más largo. Se metieron al público en el bolsillo con una energía super contagiosa. No dieron respiro en la media hora que tocaron y vaya, así se abre un concierto. Con teloneros así es difícil no llegar con ganas al plato fuerte.
A por otra cerveza y al puesto de Merch, que mi amigo Mike quería una camiseta suya. Me decía que le recordaron mucho a The Narrator, un grupo que vimos este año también de teloneros de Any Given Day. Y ciertamente tienen muchas similitudes, hasta el punto que ambas bandas tienen varias colaboraciones por lo que he escuchado en su corta discografía.
Mike, ya tienes la camiseta ¿Vamos a pillar sitio o qué? No no, yo soy demasiado educado y no puedo, pero si tú guías… Vaaale, vente pa acá que cruzamos por este lado. Nos cantamos el estribillo de una versión del You Give Love a Bad Name que suena de fondo. Buen humor y muchas ganas de que empiece…
BURY TOMORROW
Creo que no necesitan presentación. Grupo inglés que con los últimos discos han explotado en popularidad. Eso que dicen de que el que la sigue la consigue… Su primer disco salió en 2012, pero no fue hasta 2023 con The Seventh Sun y su primer single Abandon Us que pasaron de ser una banda modesta a encabezar carteles y llenar salas de varios miles de personas. Daniel nos lo contaba ya cerrando el concierto: “Abandon Us lo cambió todo para nosotros”.
Arrancan con Choke y vaya, el moshpit no tarda en formarse. La gente ya estaba calentita con Elwood Stray, así que no hay mejor tema para poner las cosas en su sitio. No es banda de medios tiempos. Caña desde el primer acorde. Acabo de mirar y el tema tiene 45 millones de escuchas en Spotify, la verdad es que es un temazo y uno de los discos que más escuché en 2020, me gusta mucho el metalcore de estos ingleses y eso hace también que me meta mucho más fácil en su directo.
Desde aquí veo a todo el mundo coreando, saltos, empujones y a la banda entera se la ve con ganas de comerse el escenario. Buen arranque, esto promete.

Nos contaba que este es su tercer directo en Osnabrück. Las dos anteriores en mi querido Bastard Club, pero mejor lo escucháis del propio Daniel antes de tocar Death, su tercer tema anoche:
¡Vaya pegada de Adam Jackson en la batería! Él a la izquierda del escenario. A la derecha Tom Prendergast con las voces limpias los teclados y un par de cajas, porque ya se sabe que no hay nunca demasiada percusión. Lo dio todo el bueno de Tom anoche, me gustó mucho cómo complementa los guturales de Daniel Winter-Bates con sus brazos tatuados y unos berridos que son marca de la casa (Muy Phil Anselmo si me permitís la odiosa comparación). Su hermano David al bajo en el centro y a ambos lados Adam Jackson y Kristan Dawson a las guitarras completan esta pedazo de banda.
Daniel nos cuenta que Alemania es su segunda casa. El año pasado metieron a cuatro mil almas en Colonia. Hoy sold-out en Osnabrück. Por supuesto que es su segunda casa, el metalcore está aquí muy de moda entre la juventud. Alemania, y especialmente esta parte siempre ha sido muy metalera y estas bandas aquí triunfan. Yo encantado vamos, al ladito de casa que me vienen casi todas.

Volviendo al concierto, llevaríamos ya siete temas y ya hacía tiempo que mis tres colegas se perdieron en el moshpit. Yo aquí entre empujones sigo tema tras tema disfrutando como un enano, bueno como un viejoven ya con mis cuarenta y muchos, me siento viejo si miro a mi alrededor. Pero es que estos tipos tocan de la leche. ¡¡Hey!! Ese es Mike que pasa por delante de mi. Le saludo, y sin dudarlo me agarra la mano y me arrastra al moshpit. Aquí se está calentito me dice.
Daniel sigue dirigiendo el moshpit como lleva haciendo toda la noche y ahora toca girar. Creo que fue con Waiting, un tema del último disco que tocó dar vueltas. Menudo calor. La camiseta la tenía ya empapada y Bury Tomorrow no dan respiro.
En una de las tandas de empujones se abre un hueco debajo de uno que venía surfeando por encima del moshpit, hago la cobra y me hago sitio delante.

¿Qué hacemos si cae alguien en el moshpit? ¡Lo levantamos! Le contestamos todos al unísono. Detrás de mi, el panorama se presenta así:
Esto está acabando ya y para Black Flame Daniel pide a la gente que vengan surfeando. Dicho y hecho, con los primeros acordes del tema empieza a venir gente. Durante todo el tema es un no parar. Tanta gente que acaba montándose atasco gordo y en un momento dado tengo a tres personas literalmente encima de mi. No hay sitio para caerse, pero vaya, entre el calor y la gente encima alguna de las chicas a mi alrededor ponen cara de agobio. No hay fotos porque cualquiera saca el móvil ahí. Mira que he estado delante veces y en directos con mucha más gente, pero pocas veces se me han juntado encima más de dos.
Más empujones, uno detrás me pide perdón en uno de ellos y le digo que tranquilo, que es parte del espectáculo.

Ya cerrando dice Daniel que él quería poner cara de malote metalero, pero que no le sale viendo la respuesta de la gente y que no puede evitar estar todo el concierto con una sonrisa de oreja a oreja. Se le ve disfrutando a él y a sus compañeros. No hubo parón ni tiempo a coger aliento, pero es que ni falta que hizo, lo disfruté como un niño. Dos horas largas se tiraron y a mi no me sobró ni un solo minuto.

Alguien decía que el rock se estaba muriendo el otro día. La verdad es que si es así el funeral yo encantado de compartirlo con las nuevas generaciones. ¡¡Qué noche!!
Texto, fotos y vídeos Jose, el de Alemania.
