

El Sábado 28 de mes de praus de 2025 tuvo lugar el debut de A Dalli. Una banda que nace de algunas cenizas de otra, que llega para disfrutar y hacer disfrutar a la gente, para luchar y demostrar que todavía quedan bandas con personalidad y ganas de pelear por las raíces de lo que somos.
Después de la sardinada prometida, a las 22:30 h dieron comienzo A Dalli sobre el escenario del Varuko de Vioño.
Berto jugaba en casa, ya que es de Zurita y el resto siempre se sienten en casa donde haya kalimotxo y futbolín.
Ataviados con faldas de colores, algunas de ellas réplica de la tradicional montañesa que Berto llevaba en su anterior banda, Nel Tardiu, pero con franja ska, y Andoni con la tradicional vasca robada a su ama, se suben para llenar de color la noche del sábado entre la expectación de los asistentes.
Markitos (Perro, voz difónica y mucho carisma), Andoni (batería y locura), Berto (bajo y personalidad), Lucía (voz, pandereta, guitarra y desparpajo), y el criú, Ángel (gaita y flauta travesera) muestran lo bien que se acoplan, la complicidad y las ganas de segar praus que tienen desde el primer minuto.
El Varuko era el lugar idóneo para su primer concierto, donde los tres viejos amigos conocieron a Lucía y la invitaron a su proyecto, donde nació la chispa de volver a juntarse los tres locos y seguir con lo que mejor sabían hacer: protestar frente a las injusticias que les rodean con base musical.
Con los toques de pandereta y la voz de Lucía, se quitaron los nervios con “Una Morenuka”, una letra que, a ratos, juega con la tradicional para expresar versos propios. Primera canción de presentación que muestra muy bien la música que hacen, mezclando distintos estilos con el folk tradicional dándole un toque original a las raíces de la tierra.
En el segundo corte se presentan y no hay mejor canción para que al público le quede claro que vienen rebeldes, radicales para algunos, con ganas de decir muchas cosas bien alto y bien claro, con energías renovadas y mucho flow.



“A Dalli” marca la línea de salida de sus letras más reivindicativas, con su «A Dalli se iguala el prao» que ya deja claro a sus oyentes que en los conciertos de la banda no hay cabida para la mentes cerradas, obsoletas y que viven en un pasado que no queremos que vuelva.
Su tercera canción: “Cantabria para vivir” y la que le sigue: “Hipertrola”, son dos canciones protesta con garra, con pinceladas de tradición pero tan necesarias que son el combo reivindicativo perfecto para que les escuchen, para que los de arriba se den cuenta de que much@s cantabr@s no queremos ni turismo masivo, ni alquileres desorbitados en nuestros pueblos, ni molinos en nuestras preciosas montañas, queremos disfrutar de nuestra tierra, poder vivir en ella y no tener que marchar del lugar donde nacimos para que otros vengan a ocuparla y la expriman al máximo para sus propios beneficios.
Después de un parón para respirar, Lucía y Perro nos explican cómo nació la siguiente en el setlist.
“Konservadoras” es una canción atípica de humor ácido, que sacó un montón de sonrisas entre los asistentes, con ese doble juego-doble papel, cuya idea nació de una entrevista y una manifestación.
Cuando la noche ya estaba en su apogeo, y los asistentes pasándoselo genial entre congas y trenecitos, llegó el turno a la canción más oscura y cruda de la noche, pero para mí la mejor de su repertorio, que desde los primeros acordes del bajo y la solemnidad de la batería, invita a reflexionar al público.
“Falasteen Hurriya”, Palestina Libre, es un canto a la libertad del pueblo palestino, una palestina libre hasta al mar de asesinos que la están destrozando en un genocidio inmortal con el silencio de la comunidad internacional. Pero A Dalli no se callan, la banda lucha de la mejor manera que sabe hacer, expresando lo que llevan dentro de sus corazones y en su sangre palpitando con fuerza. Empatía, rabia, sinceridad y lucha para no permanecer en silencio frente a las injusticias.



Tras la oscuridad llegaron las risas con “Soplagaitas”, con un público súper entregado sin haber empezado los primeros acordes de la canción como si la conociesen de toda la vida, uno de esos singles pegadizos, bailables, divertidos y que ponen el punto de locura a las noches que sabes que van a acabar bien porque te lo estás pasando de puta madre. Además todos en nuestra vida conocemos a algún@ soplagaitas y eso hizo que los asistentes se sintieran identificados y la hicieran suya desde el primer momento.
Tras la diversión se pusieron serios de nuevo con “Cantabria Espierta”, cuya letra ha sido cedida por dos buenos cantabristas, Mariu Torre y Paulu Lobete, una letra que merecía la pena que se desempolvará ya que expresa las emociones más sinceras sobre la protección a nuestra tierra, las ganas de defender nuestra Cantabria, nuestro paraíso natural. Esta canción puede convertirse en un gran himno, con sus estrofas en cántabru, defendiendo la muestra lingua, las raíces, los recuerdos de niñez…
El concierto se fue acercando a su final, pero el ambiente estaba caldeado, y el mejor trenecito tuvo lugar con “Txakatxá”, otra protesta directa al fatal mantenimiento de nuestros trenes, en defensa de nuestros cercanías, poniendo el énfasis en una red ferroviaria abandonada y los viejos suspiros de grandeza de políticos que aún sueñan con el ave a Cantabria, sin preguntar a los cántabr@s lo que quieren para su tierra, lo que necesitan en el día a día para caminar hacia el trabajo y hacia sus hogares, trenes que no entran por los puentes, catenarias en mal estado, falta de revisores…
En esta canción A Dalli dejan muy claro lo que quieren y lo que no.



La siguiente en la lista fue una canción que pilló desprevenido al público dejándolo ojiplático. “Té de Arándanos e Higos (TDAH)”, es una canción loca que hay que descifrar con humor, que trata los despistes de la hiperactividad, el día a día de las personas cuyo cerebro va mucho más rápido de lo normal y los olvidos generados por esas continuas prisas por querer hacer mil cosas a la vez, por la adrenalina a niveles estratosféricos que al final relentizan y agotan al cerebro estresado que no es capaz de concentrarse en cosas simples. Kombutxa, que no soy un zumooooooo.
Cuando A Dalli dicen en su biografía que son eclécticos es porque lo son, son folk mejeru, y en ese término se permiten jugar, experimentar con otros ritmos que no sean el ska o el reggae que les suele caracterizar, y sorprendieron al público con un “Folketón”. Y es que esta banda se atreve con todo y por eso derrochan personalidad propia con solo subirse al escenario.

“Hoy se sale” es su canción final para una noche emotiva, donde los nervios del primer concierto se convirtieron en adrenalina pura, e hicieron disfrutar al público todo lo que pudieron a pesar de los problemas con el sonido, el pobre Martín hizo lo que pudo, y que aquellas personas que estaban más lejos no pudieron escucharles como a ellos les hubiera gustado, pero no cesaron en su empeño y pidieron otra vuelta.
Una gran noche que quedará grabada a Dalli en la retina de la memoria y que ha dado comienzo a los conciertos que les esperan.
Surtidor. Teresuka. AldeaFest… etc…
¡¡No os lo podéis perder!!
Texto y fotos: Rebeca Bañuelos.