

Sí, nos toma nuestro tiempo. Vamos al ritmo de la iglesia, como cinco siglos por detrás, pero es porque nos gusta saborear y no sacar siempre la boca a pacer a los cuatro segundos, que luego las cosas se olvidan también muy rápido. Vamos a guardarle un hueco al Skeletá, que a lo mejor tú les odias, porque no son lo suficientemente metal para estar de este lado de la línea que dibujaste, pero eso no quita para que sean uno de los grupos más importantes de este siglo.
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