

Media tarde de domingo, a la espera de un concierto de Heavy Metal en la puerta del New, es tan buen momento como cualquier otro. Juan Luís y Luci nos tienen acostumbrados a programar en cualquier momento del día o la noche, y siempre hay espacio para uno más. Continuo cruce de culturas y estilos. De hecho, al terminar este doblete, el rockabilly ocupaba la pista central gracias a los japoneses MAD3. Me quedé con ganas de verles, pero todo no se puede, y el lunes había que madrugar. Mucho.








Soulbane están a punto de publicar el segundo capítulo de su triple trilogía de EP’s, y de entrar por tanto a grabar el tercero, que sumaría, en conjunto lo que podríamos llamar tres discos completos – No se si me sigues – La cosa es que entre unas y otras ya suman un repertorio en el que todas son imprescindibles, formando un reper de los que te cantas de principio a fin. Bueno, menos las nuevas, que van asomando la patita e iremos viendo cómo se ganan su sitio. Sigue sorprendiendo la versatilidad del total, pasando del Metal Progresivo al Funk sin despeinarse. A pesar de lo temprano del concierto, de la galbana que trae al público el calor, y de que es difícil darlo todo en el día del señor, fueron construyendo una burbuja en la que poco a poco acabaron metiéndonos a todos.




La expectación era grande con Blizzard Hunter. Desde Lima (Peru) y en gira con parada en Cantabria promovida por Lía. Practican Heavy Metal muy Old School y tienen ya diez años de carrera, un par de largos y varios EP’s, el último de los cuales “Legacy of Survival” tendrá distribución española a través, precisamente de Ultraviolencia y Black Legion.
Salieron como toros, incluso después de cinco días sin descanso de punta a punta de la península. Dividieron su set en dos tramos, repasando algunos de sus temas más conocidos como Screaming (My Bloody Anger), la Balada Last Time, que dedicaron a los ausentes, o el tema con el que se dieron a conocer y que tal vez mejor les representa: Heavy Metal to the Vein.

En el centro del Show se permitieron un receso de temas propios, incluyendo un cover de Anger de los míticos Canadienses Thor, unida al Flight of Icarus de Iron Maiden y al Breaking the Law de Judas, con cambios de instrumentos y a las voces y una actitud lúdico festiva que nos reconectó con el concierto. También se permitieron un pequeño guiño al Painkiller durante la presentación de los miembros de la banda. Es cierto que son los palos mayores de la baraja, pero fue una buena jugada para conseguir un ambiente en el que todo el mundo se sintió involucrado de manera instantánea.
En resumen fue un concierto con mucho entusiasmo y energía, con especial mención para la pareja de guitarristas, que consiguen trasladar muy bien el espíritu del Heavy Metal. La llama sigue encendida.
Sabemos que Perú pilla un poco a desmano, pero aun así, esperamos que nos vuelvan a visitar pronto.
Fotos – Álex Kennedy