Hace años que teníamos ganas de que Mastodon pasase por la sección de clásicos por ser una de las bandas que más ha aportado a la música en las últimas décadas. La muerte de Bret Hinds, pocos meses después de su salida del grupo provocando el primer cambio de formación de la historia de Mastodon, han convertido a esta reseña en un homenaje póstumo. Se escribió allá por el mes de Junio, y Alexi venía trabajando en ella desde finales del ’24… vamos a nuestro ritmo. No hemos querido cambiar ni una coma, aunque no hayamos llegado a tiempo para darle luz en un contexto más alegre:

Hace 20 años, el metal vivía una especie de vacío, de las que se repiten cíclicamente, y últimamente en períodos cada vez más cortos. El power-metal parecía que bajaba las espadas casi de manera definitiva, el nü metal se quitaba los chándals de Adidas, y una fusión del groove nü -metalero y voces limpias y desgarradas habían dado lugar a un nuevo estilo: “metalcore”.
Este nuevo estilo parecía haber plagado las listas de novedades, lanzamientos, y la letra pequeña de todos los festivales mundiales. Y ese era el problema, todos los grupos en letra pequeña, mientras que los nombres grandes seguían siendo para las bandas de los 80, los únicos que seguían llevando el timón. Cientos de grupos clónicos, técnicamente perfectos, tanto en ejecución como en calidad compositiva y de producción, pero a la vez tan impersonales que parecían generados por IA; aunque por aquel entonces la IA era algo tan lejano, que parecía sacado de películas de ciencia ficción.
Sólo unos Gojira, parecían plantar cara metiendo a esa técnica y perfección el progresivo, las construcciones complejas y los cambios de ritmo, y bregaban por ser uno de esos nombres grandes en los festivales.
Pero en 2004, llegó algo que nos voló la cabeza a todos. No eran pocos los grupos que habían vuelto a las producciones más sucias, más viejas, más old school… Black Sabbath comenzó a sonar de nuevo en los discman de los más jóvenes, y de ese modo se intentó preservar la pureza, la naturalidad del metal en su estilo más primitivo beneficiándose de ello géneros como el stoner rock. Y ahí es cuando entraron en escena “Mastodon” con su “Leviathan”. Una sucia mezcla de sludge, doom, stoner, heavy metal… que sonaba brutal, pero bonito, gracias en parte a la inclusión de elementos progresivos y voces limpias menos propias en “su género”, si es que Mastodon alguna vez ha estado claramente dentro de uno. Como una bestia salida del mar. Un relato basado en la novela de Moby Dick cuya portada se ha convertido en un todo un símbolo.
Un riff que ya todos tenemos en la cabeza, unas guitarras dobladas y la bestia blanca ha sido soltada en “Blood and Thunder”, uno de los himnos que nos ha regalado el metal a partir del año dos mil.
I think that someone is trying to kill me
Infecting my blood and destroying my mind
No man of the flesh could ever stop me
The fight for this fish is a fight to the death
White whale, holy grail
White whale, holy grail
Tras una buena sesión de guitarrazos en “I Am Ahab”, la tempestad parece que da paso a la calma con “Seabeast”, con ese cruce entre voces limpias, rasgadas y cambios de ritmo en la composición.
“Island” y “Iron Tusk” nos devuelven al lado más sludge propio de su primer trabajo, mientras que el progresivo se hace fuerte en los siguientes cortes hasta llegar a “Hearts Alive”, una especie de mini ópera rock donde el medio tiempo reina a lo largo del tema y parece que no llega el momento de explotar del todo, creando un clima sofocante y agobiante, de lucha hasta la extenuación, para poner fin a estar obra, y a esta narración del clásico de la ballena blanca junto a la mucho más tranquila e instrumental “Joseph Merrick.”
En definitiva, un clásico que creó un concepto, y un impacto no solo en lo musical, sino en lo estético y en lo artístico; que tuvo su continuación en “Blood Mountain”, ganando terreno el progresivo cada vez más hasta “Crack the Sky”, y donde el hard rock y el heavy clásico se apropiaron de los siguientes discos, queriendo quizá alcanzar ese trono, lo que a mi juicio tuvo un efecto prácticamente inverso. Para mí al menos tuvieron una serie de discos muy buenos en cuanto a lo musical, pero irrelevantes en lo que vienen a ser la esencia Mastodon, hasta el último “Hushed and Grim” de 2021, que quizá sea su disco más doom hasta la fecha y me volvió a enganchar al grupo, teniendo muchas ganas de catar lo nuevo, anunciado en 2024 y sin fecha de salida aún… Todo lo sucedido en estos últimos meses fijo que no ayuda a que sea tan próximo, pero aguantaremos la espera!
Dave
