

Diez años en las cloacas del underground rapero han dado credenciales suficientes a esta banda para publicar su primer álbum largo. Llegaron a tener formato de cuarteto, pero las circunstancias de la vida les han dejado en dúo, afincados ahora en Cantabria, a unos 9.000 kilómetros de Santo Domingo de los Tsáchilas, en Ecuador, la tierra que les vio nacer.
Como tantos otros inmigrantes, abandonaron sus casas huyendo de la precariedad y en busca de un futuro mejor. Sin embargo, se dieron de bruces con la crisis inmobiliaria española, que les dejó sin trabajo. Casi con un pie aquí y otro allá, utilizaron el rap para volcar sus inquietudes y frustraciones en varias maketas que se distribuyeron a través de YouTube.
El ceviche es una receta originaria de Perú, pero muy popular en varias partes de América Latina. Originalmente lleva pescado cocinado en una salsa cítrica, pero aquí, en su lugar, lleva hostias, en forma de canciones. Reparten a diestro y siniestro con un claro mensaje humanista y, por tanto, antifascista y feminista, apropiándose del señalamiento contra quien viaja para establecerse en otro país y sacando pecho con orgullo migrante. En este aspecto, son destacables temas como “Los pobres la pobreza” o “Esto va a doler”. Sin embargo, otros ámbitos menos combativos también tienen hueco en su música: historias más personales o introspectivas, e incluso alguna canción de amor.
Tras la presentación del disco en Rock Beer The New y sus primeros conciertos en Cantabria, han ido integrándose en el tejido musical, dejándonos impagables colaboraciones con gente como Dos Gardenies, Varela o Tudanca.
Así como este primer álbum puede ponerte tras la pista de este interesante grupo, lo más importante es que les veas en directo, ya que es ahí donde los temas adquieren su verdadera dimensión. Si te ha picado la curiosidad, puedes empezar por explorar su Bandcamp, donde tienes todo su material en streaming con posibilidad de compra.