

Ya sabéis que nosotros vamos a nuestro propio ritmo, así que viajaremos juntos, un poquito atrás en el tiempo, concretamente hasta finales de mayo de 2024 para recuperar “El silencio de un gesto”. Este tema es una de las últimas publicaciones de la banda, en forma de single independiente sin agruparse en ningún álbum, como sucede de forma cada vez más habitual en esta “nueva era”. Parece que tenemos que entender lo de “últimas” en sentido literal, ya que acabamos de recibir la triste noticia de su decisión de hacer una parada para tomarse un respiro.
Desde 2012 han estado presentes allá donde sus homilías han querido ser escuchadas… estando presentes en Alemania, Italia, Portugal, Reino Unido e incluso llegando hasta China en su antepenúltimo concierto antes de su descanso.
En palabras de los propios EADH, “El silencio de un gesto es el momento que se genera en torno a la homilía, cuando el silencio es total y para nosotros se convierte en el punto de mayor respeto de las mismas”.
Si lo has vivido en tus propias carnes, es bastante probable que, como yo, hayas quedado tan desconcertad@ como maravillad@. Aunque yo les había visto ya en un festi, el concierto que nos regalaron el uno de diciembre de 2024 en el Escenario Santander me pareció lo más cercano que una atea convencida como yo va a estar de lo que pueda sentir cualquier devoto viendo un paso de Semana Santa. Y me explico: se presentaron ante nosotros con sus tradicionales hábitos de nazarenos, con un escenario teñido de rojo y un público totalmente en silencio. No dijeron ni una palabra ni falta que les hizo ya que con sus gestos se hacían entender perfectamente. A mitad de concierto dejaron de tocar durante un minuto en el que no se oyó ni una tos. Cada cual con sus pensamientos / sentimientos / ausencia de ellos, lo que fuera, pero un silencio completamente respetuoso con la banda, que nos invitaba a parar por un momento todo el ruido del que estamos rodeados constantemente.
Es una alegría ser conscientes de todo lo que han logrado desde que les viera por primera vez en el 2016, por sus propios medios y desde la autogestión. Confío en que esta parada no sea un adiós sino un hasta pronto para que puedan seguir compartiendo su propias palabras: Amen sin tildes.

Nashatya