

Siempre me acuerdo del día que mi amiga María preguntó en la sección de películas de una gran superficie por la edición 25 aniversario del musical Rocky Horror Picture Show y la dependienta la corrigió diciendo que todas las pelis de Rocky eran de peleas. Historia real, lo juro. Han pasado otros 25 años desde entonces y Rocky Horror sigue siendo tan de culto para unos cuantos, como totalmente desconocida para todos los demás. Por eso, la cita que presentaba Arriaga, era una de esas reuniones en las que sientes que compartes algo íntimo y secreto con un puñado de desconocidos pero cómplices.
Para los incautos que habéis venido a parar a las puertas de este castillo sin tener ni idea de lo que espera dentro, os pongo en situación: Janet y Brad sufren una avería que les obliga a buscar refugio y acabarán pasando la noche en un antro de perversión en el que un Doctor loco y además travesti, acaba de crear una criatura perfecta con la que dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Por el camino la pareja perderá su inocencia, en un viaje iniciático hacia la liberación sexual. Una alegoría de la propia mojigata sociedad americana, desde los idílicos años de la postguerra de la segunda guerra mundial, hacia la resaca posthippie. El camino se hace con mucha sorna y guiños que empiezan en el Caserón de las Sombras de James Whale y terminan en el Planeta Prohibido de Fred M. Wilcox, sesión doble en el autocine de la RKO.



Pero lo mejor de todo, son sin duda los números musicales, hoy ya clásicos. Desde el ingenuo Dammit, Janet a la muerte en directo del Rock and Roll Hot Patootie, Bless My Soul (con Meat Loaf en la peli), o el auténtico himno Sweet Transvestite todas compuestas por Richard O’Brien e interpretadas en directo por una banda de Rock al completo, que acabó por poner a toda la platea en pie haciendo la coreografía de The Time Warp.



Tener el Rocky Horror de Richard O’Brien de gira por aquí es impagable, un viaje directo al West End sin tener que coger el avión. Un elenco increible con un Jason Donovan / “Tim Curry” apabullante, y unas Magenta y Columbia para caer rendido. Y Riff Raff… bueno todos, en realidad. En Bilbao ya han echado el telón, pero aun los pilláis si nos leéis desde Barcelona o Palma de Mallorca. Tal vez debería decir… ¡Huye, aun estás a tiempo! antes de Frank-N-Furter tenga oportunidad de ponerte las manos encima.
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